lunes, 23 de mayo de 2011

APROXIMACIONES A LA COMPRENSION DEL DESGANO

Dr. Darío Obstfeld


Muchas veces nos encontrarnos en nuestros consultorios con pacientes que manifiestan sentirse desganados, sin voluntad o interés por las cosas que hacen.
La intención de este trabajo es comprender la temática que permanece oculta detrás de este estado de ánimo que nos involucra tanto a pacientes como a analistas.


Obstfeld E. y col., (1982), plantean siguiendo la etimología de la palabra gana, que tener ganas sería "estar abierto a los demás, estar dispuesto a incorporar objetos del mundo externo y encontrar sentido a esta acción" y que el desgano "es un estado afectivo en el cual está disminuido el deseo, siendo éste el motor para la búsqueda de objetos en el mundo externo". Sostienen que el desgano puede ser comprendido a partir de la recarga de una huella mnémica dolorosa que, excitada mas allá de ciertos límites, conduciría a ese estado particular; la falta de deseo no provendría de que la necesidad ya ha sido satisfecha sino del recuerdo de profundas frustraciones.

Según María Moliner (1986), la palabra "desgano" tiene tres acepciones: 1. Inapetencia. Falta de hambre. 2. Mala disposición de animo. 3. Desfallecimiento. Pérdida de fuerzas que pueden llegar hasta el desmayo.

Según Chiozza y col. (1993), las "ganas de" son expresión de deseo y se acompañan de sensaciones corporales. El deseo se conforma cuando la huella mnémica de la experiencia de satisfacción es reinvestida por la pulsión. (Freud, 1895)

Por otro lado, en relación al origen de los afectos, Freud (Freud, 1893, 1950a cit. por Chiozza y col, 1993) dice que estos surgen como una vía de descarga hacia el interior del organismo, cuando la acción eficaz y específica que debería hacer cesar el estímulo en la fuente, resulta insuficiente. Por lo tanto, las "ganas de", el deseo, se tenderá a descargar como acción eficáz según las pautas de la clave de inervación que contiene ese acto específico y cesa con la satisfaccion de la necesidad que sostenía el deseo. (Chiozza y col., 1993)

Hasta aquí el desgano sería un estado opuesto a la tensión del deseo que se experimenta como "ganas de", y la disminución de las ganas acontecería como consecuencia de una escasa investidura del deseo.
Sin embargo, Freud (1925) dice que un pensamiento reprimido puede irrumpir en la conciencia a condición de que se deje negar. Así dirá que la negación es el sucedaneo intelectual de la represión y su "No", el certificado de orígen. (Freud, 1925)
El prefijo negativo que constituye la palabra "des-gano" armoniza con lo que Freud describe acerca de la negación. Podríamos entonces pensar que en el desgano la huella mnémica de satisfacción (deseo) esta investida, motivo de lo cual aflora a la conciencia. Este deseo adquiere característica inconciliables para la conciencia y por lo tanto debe ser sometido a represión. Por lo tanto la descarga del deseo permanece momentaneamente o definitivamente inhibida por el trabajo de la represión que, a través de su sucedaneo intelectual le agrega el "des".
Desde este punto de vista pensamos que en el desgano el estado de no-ganas es sólo aparente.


-Algunas variantes del desgano:

Dado que "desgano" tiene un significado amplio, semejante a "deseo", creemos que es posible describir distintas variantes del sentimiento de desgano en relación al significado de diversas estructuras o funcionamientos corporales.

a) Una manifestación del desgano es la falta de voluntad para la realización de los proyectos. En este sentido Molteni (1993) siguiendo la etimología del término voluntad encuentra que una de las acepciones remite al siginificado de "hacer algo con gusto, interés o ganas".
Diferencia la voluntad como un querer en el sentido de gusto o deseo, de la voluntad vinculada al esfuerzo para lograr algo.
De estas dos posibles manifestaciones de la voluntad nos interesa, a los fines de este trabajo, la que se nombra en primer término, "la voluntad en el sentido de gusto o deseo".
Freud (1895d)(citado por Molteni, 1993) considera que detrás de la inhibición de la voluntad existiría una idea inconciliable, un afecto desagradable y retenido, que le impide al sujeto relizar aquello que desea.

b) Por su parte, Chiozza(1970) refiere que la pérdida del gusto por la realización del trabajo estaría vinculada a la mayor o menor capacidad hepática. Sostiene que ante deseos y necesidades demasiado intensas, la modorra, el hastío, el fastidio, la sommnolencia, el letargo nos evitan tomar conciencia del sentimento de impotencia. Si el yo posee mas fuerza, se defiende mejor ante esos estímulos y recurre a un mecanizmo mas eficaz que, en un estadío hepático del yo, equivale a la envidia. Se refiere al envidiar como acción adecuada y eficaz del yo para degradar el estímulo que se quiere asimilar.
Nos llamó la atención encontrar que "fastidio" y "repugnancia"(Saiz de Robles, 1979) asi como también "hastío" e "inapetencia" (Espasa Calpes, 1991) figuran como sinónimos de la palabra "desgano".
El desgano sería en este sentido un fracaso en la capacidad para envidiar.
Mientras el sujeto no hace lo que desea, mantiene la ilusión de que en cualquier momento lo podría hacer y evita enfrentarse con las dificultades que se le presentarían si intentara realizar efectivamente sus proyectos. Mediante esta actitud fantasea que podría hacerlo "si tuviera ganas", pero, con la excusa de "no tengo ganas" consigue postergar la duda respecto de sus posibilidades.

c) Devicenzi, Korovsky y Turjansky (1971) (citado por Chiozza y Grus, 1991), mencionan que el término "desgano" alude, en su uso habitual, a la vivencia de desazón, y que esta vivencia se corresponde con el funcionamiento patológico del proceso de depuración renal.
Chiozza y Grus (1991) sostienen que la melancolía renal se caracteriza por la desazón.
Postulan que, cuando los ideales que superan la capacidad de materialización del sujeto no pueden ser "resignados mediante el duelo primario correspondiente, permanecen, como ambiciones incumplidas, en la espera de una oportunidad propicia".
El sujeto no puede discernir entre los ideales aquellos posibles de los imposibles porque teme que en el proyecto desechado se encuentre precisamente aquello que anhela.
Afirman que, "en un trasfondo de descontento y envenenamiento, el sentimiento de desazón es el afecto específico de una estructuración melancólica en la cual predominan los componentes renales". (Chiozza y Grus, 1991)
Desde este punto de vista la desazón es una forma particular del desgano relacionada con la imposibilidad de discernir los ideales.

d) Otro aspecto del desgano que nos parece importante considerar es el que se vincula con la falta de interés.
Interés significa "inclinación mas o menos vehemente del ánimo hacia un objeto, persona o narración que atrae y conmueve".(RAE, 1950, citado por Chiozza y col, 1993)
Chiozza y col. (1993) siguiendo la etmología de la palabra interés ("ser entre", Corominas, 1980), afirman que el interés corresponde al estado afectivo descripto como "la vivencia de `estar siento fuera del yo' apartado del yo e inclinado hacia las cosas, siendo entre el yo y el objeto que cautiva".
Cuando se siente que la satisfacción solo podría ser posible con objetos ideales, queda comprometido el vínculo con los objetos reales que pasan a ser sentidos como insatisfactorios y no llegan a "conformar" al sujeto. (Chiozza y col, 1993)
Esta situación lo llevaría a romper el vínculo con los objetos y a producir una retracción libidinal sobre si mismo. Si interesarse es "salirse de si" y "estar entre los objetos", podemos pensar que el desinterés que se manifiesta en el desgano es resultado de la pérdida de contacto con los objetos, pérdida que equivale al retiro narcisista hacia una relación con objetos ideales fantaseados.


-A modo de conclusión:

De acuerdo con lo dicho hasta aquí, el "desgano", (del mismo modo que las "ganas de", el deseo) tiene características tan amplias que no puede se referido a una sola zona erógena; posee entonces un amplio grado de generalidad.
Pichon Riviere describe la melancolía como la enfermedad única. En nuestro medio, de acuerdo a las investigaciones realizadas a lo largo de los años sobre el significado de los diferentes órganos o procesos corporales, se han descripto diversas formas clínicas de la melancolía. Así, la amargura, la desazón, la disconformidad, la nostlagia, el desaliento, etc., caracterizan respectivamente a la melancolía hepática, renal, conjuntiva, cardíaca y respiratoria.
En este sentido es posible imaginar que el desgno posee tantos matices como funciones orgánicas y nos oferce la posibilidad de prestar especial oido para atender al tipo particular de desgano implicado en la situción vivencial de cada paciente cuando dice estar sin ganas .



BIBLIOGRAFIA



Chiozza, Luis (1970) "Psicoanálisis de los trastornos
hepáticos". Edición CIMP. Bs. As.
1984.
" " (1986) "Por que enfermamos?" Alianza
Editorial. Bs. As. 1986.
" " (1990) "Los afectos ocultos en..."
Alianza Editorial. Bs. As. 1990
" " (1993) "Los sentimientos ocultos en..."
Alianza Editorial. Bs. As. 1993
Corominas, Juan (1980)Diccionario etimológico de la
lengua castellana. Editorial
Gredos. Madrid, 1990.
Espasa Calpe (1987) Gran diccionario de sinónimos
y antónimos. Editorial Espasa
Calpe. Madrid 1991
Freud, Sigmund (1895) El proyecto. Amorrotru Editores.
en O.C., T. I, Bs. As., 1990.
" " (1925) La Negación. Amorrortu Editores.
en O.C., T XIX, Bs. As., 1990.
Moliner M. (1986) Diccinario de uso del español.
Editorial Gredos. Madrid, 1991.
Molteni, M. E. (1993) Acerca de la voluntad. Presentado
en el CCMW. Bs. As., 1993
Obstfeld, E. y col. (1982) El desgano en la relación
analítica. 13º simposio del CIMP.
Bs. As. 1982.
Sainz de Robles (1967)Ensayo de un diccionario español
de sinónimos y antónimos.
Editorial Aguilar, 1973.


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