lunes, 23 de mayo de 2011

APROXIMACIONES A LA COMPRENSIÓN DEL SENTIDO DE LA CONTRACTURA MUSCULAR


APROXIMACIONES A LA COMPRENSIÓN DEL SENTIDO DE LA CONTRACTURA MUSCULAR

“Solo se puede huir cuando el precio de la huida no supera el dolor del enfrentamiento, pero insistir inútilmente, de un modo inoportuno, rígido y forzado, constituye una torpeza.” (Chiozza L, 1984e)

Hablar de la contractura muscular implica necesariamente hacer una breve introducción acerca de algunas de las ideas que poseemos respecto del órgano afectado para luego introducirnos en la patología.

El Músculo:
Según la fisiología las funciones del tejido muscular esquelético son el desarrollo de tensión a través del tono y el acortamiento gracias a la contracción. El Tono muscular es el estado de contracción leve y continua de los músculos, que es mantenido por impulsos nerviosos asincrónicos de baja frecuencia. En los músculos esqueléticos contribuye al mantenimiento de la postura y al retorno de la sangre al corazón (Diccionario “El Ateneo”). Las diferentes partes de dicho tejido están coordinadas por el sistema nervioso a los fines de producir movimientos y posiciones útiles. (Best y Taylor, Pag. 82)

Para Freud los componentes crueles de la pulsión sexual provienen de la pulsión de apoderamiento en el momento en que aún los genitales no han asumido el papel que luego desempeñarán en la vida sexual del sujeto (1905d). Dichos componentes corresponden a las pulsiones sádicas y anales que dan lugar a la oposición activo- pasivo. Dice además, que lo que sería posteriormente lo masculino, “resulta ser expresión de una pulsión de apoderamiento que fácilmente desborda hacia lo cruel.” (1916-17) Esta pulsión de apoderamiento, sustentada en el sadismo de la pulsión, hallará una de sus raíces, en la actividad muscular (1905d).

Freud considera, además, al sistema muscular como el efector a través del cual el individuo puede alejarse de un estímulo traumático y, en la medida que el estímulo cesa, diferenciar mundo interno de mundo externo (1915c. 1917d. 1923b, 1924c). El hombre da así, el primer paso hacia la entronización del principio de realidad (1930a).

Si bien no tenemos una investigación finalizada acerca de la fantasía especifica muscular, tenemos algunas aproximaciones al tema. Para Chiozza la comprensión de dicha fantasía especifica giraría en torno a su función principal: la contracción. La relajación, piensa, es secundaria ya que sería la posición necesaria para una nueva contracción. Por su parte, el movimiento, sería producto de un ingenioso mecanismo que llamamos aparato locomotor que gracias a una serie de “palancas” logra, a través de las contracciones musculares producir los desplazamientos del organismo en el espacio. El músculo, ejemplifica, es como el motor de un automóvil. Funciona contrayéndose pero no tiene una finalidad mas allá de dicha función. En ese mismo sentido la función del músculo es acortarse, pero no comprende el para que. Para Chiozza entonces, el músculo es la herramienta a través de la cual se lleva a cabo una acción, es el motor del movimiento, no el movimiento; y el órgano que mejor se arrogaría la representación de la figura de ese acto, sería el sistema nervioso.

Respecto del tono muscular Canteros y colaboradores (Canteros y col., 1980, citado por Chiozza y col, 1993g[1992]) dicen que “El tono muscular, que es un estado de semi-contracción permanente, se presta adecuadamente para simbolizar la disposición a la lucha por la vida.” (pag. 262)

Para Chiozza el tono muscular le daría una cierta solidez a la forma corporal que no sería precisamente la forma del cuerpo, o no exclusivamente, sino la fuerza de la forma, la permanencia de la forma; en ese mismo sentido, el tono configuraría un tipo de resistencia al cambio de la forma.

La contractura

La contractura es una forma particular de contracción en la cual el desarrollo de tensión y el acortamiento del músculo se mantienen en forma prolongada. En dicho estado hay “una activación del metabolismo muscular, la producción de calor aumenta considerablemente, hay glucólisis y formación de ácido láctico.” (Houssay, 1954. pag. 1011)

Aunque la denominación de contractura resulta ser muy amplia debido a que con frecuencia se aplica a condiciones clínicas sumamente heterogéneas , la mayor parte de las contracturas habituales observadas en el organismo “son aumentos del tono muscular (..) producidos por excitación nerviosa iterativa” (Houssay, pag.1012).

El motivo del dolor de la contractura se debe a que el músculo se encuentra trabajando bajo condiciones no fisiológicas. Normalmente los músculos se contraen de manera isotónica , con acortamientos temporales de su estructura. En la contractura, por el contrario, la contracción es isométrica y es su prolongación en el tiempo lo que lleva a la isquemia muscular. Así los productos finales del metabolismo tisular del músculo isquémico se transforman por sí mismos en una fuente de dolor.

Por lo tanto, lo que caracteriza a esta patología es el acortamiento doloroso, y prolongado en el tiempo, de un fascículo muscular, un músculo o un grupo muscular.


Aproximaciones al sentido de la contractura muscular:

Freud, al considerar la contractura dentro de los síntomas histéricos la interpreta como un desplazamiento de una inervación muscular propia de una acción justificada en una escena traumática infantil (Freud 1926d [1925], Pag106). El fascículo muscular contracturado representaría al músculo o al miembro en conflicto, en un intento de desfigurar el sentido (y el deseo) que la acción de ese músculo tiene para la conciencia.

Para Grus y col., la contractura es una disfunción que representa el conflicto entre dos impulsos contrarios, el de “acercar” y el de “alejar las cosas hacia sí”, de este modo, ambas acciones, contrapuestas, quedarían “soldadas” en un intento de llevarlas a cabo simultáneamente (Grus y col., 1996. pag 29).

La contractura, en la medida que es una contracción sostenida en el tiempo de una fibra o un fascículo muscular, no representaría un conflicto entre acciones contrapuestas en un mismo tiempo debido a que no están en juego músculos agonistas y antagonistas (cosa que si creo que podría ocurrir por ejemplo en el temblor), sino que, como comentó Chiozza , representaría una sola acción que ha sido inhibida.
De acuerdo a esta idea, la contractura representaría un conflicto donde los opuestos no serían los de hacer “una cosa” o hacer “la otra” (propio de la ambivalencia), si no, “hacer” o “no hacer” determinada acción. El deseo y la inhibición.

Ampliando esta idea, podríamos pensar que la contractura podría representar el deseo de mantener activa la fuerza para llevar a cabo una acción que ha sido inhibida por el yo debido a que, por algún motivo, no la autoriza.

Si bien la idea de una acción inhibida puede manifestarse en diversas patologías que no incluyen lo muscular, tiendo a pensar que en este caso en particular la inhibición debe operar en la última etapa de la acción eficaz, aquella que compromete al músculo en si mismo. Como si el músculo se “hiciera cargo” de una parte pequeña disociada del yo que intenta cumplir un deseo que el yo coherente desaprueba. El yo disociado mantiene la tensión muscular como símbolo de que no ha renunciado al deseo no autorizado.

La contractura, en la medida que es una hipertonía, es “un estado de alerta constante (Salzman, 1991), de estar en guardia frente a la inminencia de emprender una acción de defensa o retirada” (1993g[1992])

En tanto que la contractura simple afecta principalmente a los músculos relacionados con la postura corporal, podíamos pensar que estaría relacionada con el intento, a ultranza, de conservar una postura, o sea, una actitud frente al mundo que el sujeto siente que no puede mantener. La contractura, así entendida, podría estar vinculada al sentimiento de impostura. Una impostura ante la sensación de no poder alcanzar aquello para lo cual el sujeto siente que no puede luchar pero tampoco desea abandonar.

Falta aun una última pregunta: ¿Cuál sería el malentendido implícito en la contractura?

Freud (1933b[1932]) refiriéndose a la horda primitiva dice que “Al comienzo, en una pequeña horda de seres humanos, era la fuerza muscular la que decidía a quién pertenecía algo o de quién debía hacerse la voluntad.” Luego, “la fuerza muscular se vio pronto aumentada y sustituida por el uso de instrumentos: vence quien tiene las mejores armas o las emplea con más destreza. Al introducirse las armas, ya la superioridad mental empieza a ocupar el lugar de la fuerza muscular bruta” aunque el propósito último de la lucha seguía siendo el mismo. (pag 188)

Siguiendo esta idea podríamos pensar que frente a un deseo, que necesita de la destreza intelectual para satisfacerse, el sujeto realizaría una acción muscular como producto de una regresión a un modo de reacción para la cual era necesaria la fuerza muscular. Confunde, en su intento de satisfacer el deseo, el modo de abordar la problemática frente a la cual se enfrenta tratándola como si fuese un objeto para el cual hace falta la “fuerza bruta”. El sujeto entonces mantiene rígidamente el secreto designio de “no aflojar” en el intento de poder concretar de ese modo “el proyecto” que desea.
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BIBLIOGRAFÍA
 Best Y Taylor (1986) Bases fisiológicas de la práctica medica, 11º Edición. Director John B. West, Panamericana, Bs. As., 1986 (pag 86-109)
 Canteros y col. (1980) Acerca del significado de la función muscular. Eidon. Año7 Nº 13, septiembre de 1980, pag 33-50 Editorial Cimp - Paidós. Bs. As.
 Cecil (1986) Tratado de Medicina Interna 17º Edición. Editorial Interamericana. México. 1988. (Pag 2487 y sig.)
 Chiozza Luis. (1984e) En la búsqueda de los principios del vivir en forma. En L. Chiozza CD., obras completas (2º edición), In Context informática documental, Bs. As. 1996
 Chiozza Luis y col. (1993g [1992]) Una Introducción al estudio de las claves de intervación de los afectos en “Los sentimientos ocultos en....” Alianza Editorial, Bs. As., 1993 pag. 225-287;
 Diccionario de Ciencias Médicas El Ateneo. Editorial El Ateneo, (8º edición), Bs. As., 1988
 Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Medicina. Dorland. Edición28. Mc Graw- Hill. Editorial Interamericana de España. España, 1997
 Freud S. (1905d) Tres ensayos de teoría sexual. Amorrortu Editores. Tomo 7, pag 109. Bs. As, 1988.
 Freud S. (1915c) Pulsiones y destino de pulsión. AE, T14, pag. 105 Bs. As, 1988.
 Freud S. (1916-17[1915-17]) 21º conferencia de Introducción al psicoanálisis. AE, T 16, Bs. As, 1988.
 Freud S. (1917d [1915]) Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños. AE, T14, pag. 215, Bs. As, 1988.
 Freud S. (1923b) El yo y el ello, AE, T19, pag 1, Bs. As, 1988.
 Freud S. (1924c) El problema económico del masoquismo AE, T19, pag.161, Bs. As, 1988.
 Freud S. (1926d [1925]) Inhibición síntoma y angustia AE, T20 pag 71, Bs. As, 1988.
 Freud S. (1930ª [1929]) El malestar en la cultura AE, T21 pag 57, Bs. As, 1988.
 Freud S. (1933b[1932]) ¿Por qué de la guerra? AE, T22, Pag 188, Bs. As, 1988.
 Goroll, May, Mulley (1995) Primary care medicine, 3º edition. J.B. Lippincott company. Philadelphia. pag 754.
 Grus y col. (1996) Acerca de lo muscular, 2º comunicación. Presentado en el CMCW, Bs. As, 1996
 Houssay Bernardo y col. (1954) Fisiología humana. Editorial El Ateneo. Bs. As. 1954
 Laboratorio Novartis. Dossier científico. 1999.
 Robbins – Cotran. Patología estructural y funcional. Editorial Interamericana. (3º edición) México, 1988
 Snell, Neuroanatomía Clínica. (1982) Editorial Panamericana. Primera reimpresión de la 1º edición. Bs. As. ,1986.

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